03 octubre 2010

Supongo que permanecer en el recuerdo és malo, pero no hay otra forma de sentirme bien, y completa. Y aunque ya no sienta nada al recordarle, aunque al ver su rostro no se me derrita el alma, no se me pare el corazón y no se me congelen las venas, me siento persona. Siento que alguna vez sentí algo, que alguna vez fui casi completamente feliz. Y hay muchas cosas que quisiera cambiar, que quisira que fueran como ahora, pero por desgracia no puedo controlar el tiempo, ni lo que éste provoca.

No puedo evitar saber que cuando me miraba con esos ojos , o me sonreía, yo me sentía feliz.
Ahora, sin embargo, cuando pienso en él, ya no siento nada, solo el eco que dejó en mi corazón, una púa que quedará para siempre dentro de mi. El recuerdo del primer amor.
Al hablar con él, ya no me siento la persona más afotunada del universo, solo siento que soy una vida humana en este mundo. Siento que soy algo más que un cuerpo, siento que tengo corazón, que puedo enamorarme.
Y mientras no pueda volver a sentirme igual, lo único que puedo hacer, por malsano que sea, es vivir de esos omentos que hicieron que la vida valiera la pena.



Es extraño e inusual que cuente lo que siento. Es verdad que muchas veces escribo lo que pienso, pero casi nunca lo que siento. Escribo sentimientos, sentimientos típicos de una persona, pero casi nunca los que me suceden a mi. Y hoy, cuando estoy sin inspiración , incluso para escribir un pedacito de mi novela, estoy aqui sentada, escribiendo lo que verdaderamente siento. Como decía Bécquer, la inspiración nos viene despues del hecho sucedido, no durante el suceso.

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