Después de un buen desayuno, unos cereales y un café-si no, no vivo- me pongo a ordenar mis libros. ¡Uf! La cantidad de libros que tengo. Podría bien ser una pequeña biblioteca, con lo necesario. Libros juveniles, infantiles, de adultos… ¿Cómo me pueden gustar tanto? Es un misterio que nunca resolveré. Eso creo vamos.
Y bueno, al acabar, me he venido al ordenador a escribir un rato. Llevo días dándole vueltas a una historia-hay, espera que pongo música-pero aún no he escrito nada. Primero quiero tenerla montada en mi mente antes de ponerme a escribir, para que no me pase como otras veces. Escribir un libro es como hacer un puzzle, al menos para mí. Primero hay que saber lo que quieres montar, luego ya puedes ir uniendo piezas y al acabar, contemplar con atención el resultado. Aunque si soy sincera, no me gusta demasiado hacer puzzles. Me pongo muy nerviosa al hacerlos.
Ayer, en el instituto nos dieron algo, algo que me ha dejado pensando.
Un papel con algunos campos de trabajo hacia los que orientarnos en el futuro.
La cosa es que no tengo las cosas demasiado claras. Sé que debo inclinarme hacia las letras, eso lo tengo clarísimo, pero a partir de ahí, ¿Qué hago? ¿Estudio periodismo, filología…? Me gustaría hacer tantas cosas… dirigir películas, hacer artículos para el periódico, tener una librería, ayudar a las personas… Solo hay algo que tengo claro: Voy a escribir. Voy a ser una escritora, publiquen mis libros o no, yo no voy a dejar de escribir. No voy a dejar de hacer la cosa que mas me gusta en el mundo. Iré a todas y cada una de las editoriales hasta que alguna quiera publicar mi libro. Y pondré todo mi empeño y mis fuerzas, porque no voy a permitir que se destruya mi sueño, no por mi culpa. Porque las letras son mi vida y doy gracias a dios por haber nacido aquí, en este país, donde he aprendido a escribir y a leer, y sigo y seguiré aprendiendo. A veces pienso que habría hecho yo si hubiera nacido en África, o en algún otro país del tercer mundo donde el derecho a la alfabetización es mínimo y exclusivo para una pequeñísima minoría de personas. ¿Qué habría hecho entonces? Trabajar en el campo, o morir. ¿Es que acaso la sociedad no se da cuenta de lo que están haciendo? En África y Asia, se han perdido personas con un talento extraordinario, que no lo han podido desarrollar, porque no han tendido la oportunidad que nos dan a nosotros de aprender todo lo que sabemos. Si nos equivocamos en un examen, lo rectificamos con el corrector tippex. Si se equivocan allí, en el campo, los matan, o simplemente, mueren de hambre, de malaria o de cualquier otra enfermedad. Aquí, si nos duele la cabeza, vamos al medico y nos receta un medicamento. Allí, no hay ni médicos, ni recetas ni medicamentos. ¿De verdad es eso justo? Podemos probar de ponernos en su piel, y ver su sufrimiento, su agonía y su padecer. Y sin embargo, lo único que sabemos hacer es decir: ‘’Ah, pobrecillos. ’’ Y apagamos el televisor. ¿Es eso una buena sociedad? ¿Una sociedad digna de tener todo lo que tiene? Lo único que hacemos es esconder la cabeza bajo el ala, o ponernos una venda en los ojos, sin querer ver la realidad tal y como es. Pero realmente, muere gente, mucha gente, niños pequeños son masacrados cruelmente en guerras o mueren de hambre, de deshidratación o del calor. ¿Alguien se ha imaginado alguna vez lo que puede ser no poder comer nada, no tener una nevera llena de cervezas y refrescos, o incluso, no tener un techo en el que vivir? No, claro que no, es mucho más fácil contemplar todo lo que tenemos, que pensar en lo que no tienen los demás.
Yo solo soy una chica de 15 años que no tiene idea de lo que es la vida de un adulto, en realidad, no tengo mucha idea de nada, pero sé algo. Algo que puede que mucha gente no sepa. Algo que me empuja a denunciar nuestro cruce de brazos delante de todas las atrocidades del tercer mundo. Sé que hay gente que padece, que es torturada y que muere. Y sé porque. Por que nosotros no hacemos nada para remediarlo.
Y sé que a nadie le gusta sentirse un asesino, o el causante de un daño o una muerte. ¿Y aún así, no vamos a luchar contra eso?
Y bueno, al acabar, me he venido al ordenador a escribir un rato. Llevo días dándole vueltas a una historia-hay, espera que pongo música-pero aún no he escrito nada. Primero quiero tenerla montada en mi mente antes de ponerme a escribir, para que no me pase como otras veces. Escribir un libro es como hacer un puzzle, al menos para mí. Primero hay que saber lo que quieres montar, luego ya puedes ir uniendo piezas y al acabar, contemplar con atención el resultado. Aunque si soy sincera, no me gusta demasiado hacer puzzles. Me pongo muy nerviosa al hacerlos.
Ayer, en el instituto nos dieron algo, algo que me ha dejado pensando.
Un papel con algunos campos de trabajo hacia los que orientarnos en el futuro.
La cosa es que no tengo las cosas demasiado claras. Sé que debo inclinarme hacia las letras, eso lo tengo clarísimo, pero a partir de ahí, ¿Qué hago? ¿Estudio periodismo, filología…? Me gustaría hacer tantas cosas… dirigir películas, hacer artículos para el periódico, tener una librería, ayudar a las personas… Solo hay algo que tengo claro: Voy a escribir. Voy a ser una escritora, publiquen mis libros o no, yo no voy a dejar de escribir. No voy a dejar de hacer la cosa que mas me gusta en el mundo. Iré a todas y cada una de las editoriales hasta que alguna quiera publicar mi libro. Y pondré todo mi empeño y mis fuerzas, porque no voy a permitir que se destruya mi sueño, no por mi culpa. Porque las letras son mi vida y doy gracias a dios por haber nacido aquí, en este país, donde he aprendido a escribir y a leer, y sigo y seguiré aprendiendo. A veces pienso que habría hecho yo si hubiera nacido en África, o en algún otro país del tercer mundo donde el derecho a la alfabetización es mínimo y exclusivo para una pequeñísima minoría de personas. ¿Qué habría hecho entonces? Trabajar en el campo, o morir. ¿Es que acaso la sociedad no se da cuenta de lo que están haciendo? En África y Asia, se han perdido personas con un talento extraordinario, que no lo han podido desarrollar, porque no han tendido la oportunidad que nos dan a nosotros de aprender todo lo que sabemos. Si nos equivocamos en un examen, lo rectificamos con el corrector tippex. Si se equivocan allí, en el campo, los matan, o simplemente, mueren de hambre, de malaria o de cualquier otra enfermedad. Aquí, si nos duele la cabeza, vamos al medico y nos receta un medicamento. Allí, no hay ni médicos, ni recetas ni medicamentos. ¿De verdad es eso justo? Podemos probar de ponernos en su piel, y ver su sufrimiento, su agonía y su padecer. Y sin embargo, lo único que sabemos hacer es decir: ‘’Ah, pobrecillos. ’’ Y apagamos el televisor. ¿Es eso una buena sociedad? ¿Una sociedad digna de tener todo lo que tiene? Lo único que hacemos es esconder la cabeza bajo el ala, o ponernos una venda en los ojos, sin querer ver la realidad tal y como es. Pero realmente, muere gente, mucha gente, niños pequeños son masacrados cruelmente en guerras o mueren de hambre, de deshidratación o del calor. ¿Alguien se ha imaginado alguna vez lo que puede ser no poder comer nada, no tener una nevera llena de cervezas y refrescos, o incluso, no tener un techo en el que vivir? No, claro que no, es mucho más fácil contemplar todo lo que tenemos, que pensar en lo que no tienen los demás.
Yo solo soy una chica de 15 años que no tiene idea de lo que es la vida de un adulto, en realidad, no tengo mucha idea de nada, pero sé algo. Algo que puede que mucha gente no sepa. Algo que me empuja a denunciar nuestro cruce de brazos delante de todas las atrocidades del tercer mundo. Sé que hay gente que padece, que es torturada y que muere. Y sé porque. Por que nosotros no hacemos nada para remediarlo.
Y sé que a nadie le gusta sentirse un asesino, o el causante de un daño o una muerte. ¿Y aún así, no vamos a luchar contra eso?
Meritxell, m'enamora la teva responsabilitat vers les persones més febles. Dona gràcies a Dèu del que tens tu i molts de nosaltres. Publiquem i cridem que volem un mon més just, i posem per part nostre el possible dins el nostre entorn.
ResponderEliminarT'estima
L'avia Rosa